jueves, 23 de enero de 2014

FEMINISMO = ULTRAMACHISMO


Ojo, no estoy diciendo que el feminismo sea igual a lo que hoy comúnmente conocemos como machismo. Y por feminismo no me refiero a cualquier defensa justa que se haga de la mujer, como es el caso de quien se queja del doble rasero con que se mide el libertinaje de estas con respecto al de los hombres (por si alguien anda despistado, los dos casos son malos.) Me estoy refiriendo al cuerpo ideológico complejo y bien estructurado que mantienen las adalides del feminismo actual. Hay muchas mujeres que se creen feministas pero no son conscientes en su totalidad de los postulados que mantiene hoy día este movimiento. De cualquier modo, cada vez muchas más suscriben cada uno de estos postulados arrastradas por la propaganda y la ingeniería social a la que somos sometidos. Sin duda es poco conveniente dar oxígeno al feminismo, como sí es legítimo realizar cualquier defensa justa de la mujer, que como ya hablaré en un futuro artículo no son cosas iguales.

Hecho este preámbulo, repito que este feminismo es un ultramachismo porque los principios que mantienen llevan a una exaltación de los valores masculinos y a un desprecio y persecución a los femeninos.

La ideología de género, que también defienden los colectivos homosexuales, es recogida por estas extremistas que persiguen un fin verdaderamente delirante: que nuestra sexualidad sea independiente de nuestro cuerpo y por tanto, para eliminar diferencias entre hombres y mujeres, que desaparezcan las disimilitudes connaturales a nuestro sexo y morfología. No se trata de que hombres y mujeres sean iguales en derechos y deberes ante la ley, ni siquiera de eliminar la distinción de roles sociales, que también; ellas tratan de liberarse de la singularidad y del carácter propio de su ser, incluida la maternidad (por eso entre otras razones apoyan el aborto.)

El problema para ellas es que no existe el sexo neutro. Dios nos creó hombre y mujer. Punto. Y o somos una cosa, con la idiosincrasia, el físico y las consecuencias psíquicas y somáticas que eso conlleva; o somos la otra, con la idiosincrasia, el físico y las consecuencias muy diferentes que de ahí nacen. ¿Y qué es lo que al final hacen? Pues despreciar el rol femenino e idolatrar el masculino. Esto afecta hasta a la vestimenta, la estética, los modales, el ocio, etc., cada vez más semejantes al del varón. Sin personalidad propia. Envidia de pene, que diría Freud.

¿Y esto las convierte en ultramachistas? Para aclarar esta duda voy a inventar una situación: Imaginemos que hay un grupo de hombres que admira tanto la singularidad de su sexo que no considera legítimo el de la mujer. Por tanto despreciará a cualquiera de ellas salvo que adapten el rol masculino. Se llevaría a cabo una panmasculinización y la persecución de la feminidad. Podríamos denominar a este movimiento como ultramachismo. Dictadura de la masculinidad hasta consecuencias insospechables. Pues esta ideología coincidiría plenamente con el actual feminismo.

De ahí el título de mi post.

1 comentario:

  1. Le felicito por el post. Como todo en esta vida los excesos son malos, y un exceso de feminismo no es menos. Lo unico que consiguen es dañar la propia figura de la mujer.

    Les guste no o no ha estas ultramachistas (como usted las denomina) entre hombres y mujeres siempre van a existir diferencias. La mas fundamental es que las mujeres por GRACIA de Dios podemos dar a luz y renunciar a ello por complejidad o envidia hacia el hombre denota un problema de la sociedad que deberíamos empezar a cuestionarnos.

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